miércoles, 23 de noviembre de 2011

Coloquio sobre mi columna


....Me gusta más Rey del torreón que ´Prncipe de la columna. La columna siempre me trae asociaciones ingratas (castigo,soledad, Bondage...),sobre todo si es una sola en medio de la plaza pública....

No había caído con el tema de la columna. Después de leerte la he mirado y me han venido a la mente imágenes de películas antiguas, trascoros, almacenillos destartalados en donde se guardan artilugios de la semana santa, etc y he escuchado en el aire los chasquidos de un látigo que, sin duda, llevaba adherido trocitos de pellejo de tinte carmineo.
Ahora solamente falta que me acerque un día al rastro ese y vea una cruz y vea en ella el complemento ideal. Es más; buscaré piezas o las robaré- si mi demencia y obsesión me lleva a eso- para completar un barroco viacrucis que tiende a más tenebroso y menos encantador y mágico que uno románico.
Realmente habría que estudiar un poco el motivo porqué me he decantado para añadir este elemento a mi decoración y también, porqué tiendo al barroco en cuestiones decorativas de mi estancia en vez a la arquitectura y mobiliario del medioevo, que es lo que más me gusta cuando leo o viajo en pos de paisajes y edificios tanto civiles como religiosos.
Pero ya sabes:"No le busques al gato más píes de los que tiene".
Casualidades nefastas las que han provocado que no vayas al dentista. ¿Te duele?. Quiero decir el lugar donde han anidado esos hongos que dices que te han salido en boca y garganta. No te vayas a poner cicatrizante para canes, que te conozco, para acelerar la profilaxia o, mejor dicho, la cura inmediata.
Lleva lloviendo toda la tarde y todas las horas hasta estos momentos y no es monotonía, como dijo Machado en una poesía que sabía yo de memoria y recitaba muy bien y orgulloso en el colegio. Tenía diez años y recuerdo perfectamente la escuela y el lugar en donde la recitaba. Sin titubear. Sin pestañear. De un tirón y con muchísima entonación. Ya ves; en aquella época en que a nadie le importaba esas cosas de las rimas, mis compañeros y compañeras, guardaban un silencio que valía para todo el curso. Creo que ellos miraban con indiferencia o con envidia- vete a saber- y ellas, imaginaba que absortas me admiraban.Eramos unos diez, no vayas a creer.
Supongo -y si estoy seguro no lo digo- que asomaría rubor a mi rostro y no por vergüenza del momento, si no porque sé y de eso si estoy seguro pues lo vi claramente de reojo, que alguien me miraba con algo más que admiración y de forma forma insistente. Aquella que fue motivo para que, mediante una rabieta, mis padres se vieran obligados a matricularme en curso acelerado en pleno verano para así alcanzarla y estar a su lado.
El viernes, si a bien te viene, me acerco, jugamos...al parchís, al ajedrez, a la oca, a las bolitas rompecabezas, tal vez ver como se transforman los azulejos de los mosaicos de la Alhambra en inspiraciones imposibles de Escher...Ojala llueva.