sábado, 15 de diciembre de 2012

Jarra, Grial y Templarios en Coria

                               Detalle de la puerta del perdón de la catedral de Coria.


                                          Portada plateresca de la catedral de Coria.




En el detalle de esta bella portada de la catedral de Coria (una de las tres únicas de España de una sola nave gótica), muestra una jarra con lirios ( o azucenas) protegida por angelotes enfurruñados coetáneos a la época de la construcción del templo, de las amenazas de seres ancestrales provenientes de quiméricas ensoñaciones.
Estamos en Coria, Cáceres, lejos del lugar en donde se fundó tan efímera orden y lejos, también, en el tiempo. (Quinientos años).
Donde se asienta esta bella catedral, hay cimientos romanos, visgóticos y hubo templo románico.



La Orden de la Terraza (De la Jarra)fue una de las órdenes militares más antiguas de Europa y la más antigua de la que se tienen noticias. Fue creada en Nájera, La Rioja, en torno a 1040 en honor a la imagen de Santa María La Real. Su símbolo es una jarra con azucenas. Este llegó a ser tomado como nombre de la orden, siendo por ello también conocida como Orden de la Jarra y Orden de las Azucenas.
Etimológicamente y en castellano antiguo, terraza significaba jarro o jarra de barro.
Orden militar tan misteriosa como el hallazgo de la imagen de la virgen junto una jarra con frescas azucenas, episodio jamás sin antecedentes conocidos.
La orden para caballeros favorecidos y el sello fueron creados por el rey García Sánchez "el de Nájera". Según cuenta la leyenda, desde que se encontró, mientras estaba cazando yendo tras su halcón que, a su vez, perseguía una paloma, con una extraña visión en una cueva de Nájera, en cuyo interior había una imagen de la Virgen junto a un jarrón con azucenas, García decidió construir un monasterio cercano a la cueva, que sería el Monasterio de Santa María la Real de Nájera y crear la Orden de la Terraza.
Curiosamente, los Templarios, cien años más tarde, de una forma u otra, evocaron, nombraron e incluso se identificaron de alguna manera, con esta orden que casi parece un capricho de un iluminado monarca que logró restablecer el perdido reino de Navarra.
Casi quinientos más tarde, el no menos lleno de rincones misteriosos Fernando de Aragón, la restituyó:

"Según indica una crónica de la Orden de San Benito, García fue el primer miembro de la orden. Este armó también a sus hijos, pero éstos a su muerte no mantendrían el espíritu que su padre había puesto en la orden, quedando casi olvidada hasta el siglo XIV, cuando el todavía infante Fernando I de Aragón la restituyera, según testimonio de Fray Jerónimo Román en Las Repúblicas. El 15 de agosto de 1403 encontrándose Fernando enMedina del Campo, impuso el collar de la orden a sus hijos Alfonso, Juan, Enrique, Sancho y Pedro.
... al infante Don Alonso que después de su padre fue rey de Aragón..., el segundo dio al infante Don Juan, que fue rey de Navarra por su mujer Doña Blanca, y asimismo rey de Aragón, después que murió su hermano Don Alonso, en tercer lugar le dio al infante Don Enrique, gran Maestre de Santiago, en cuarto lugar al infante Don Sancho, que fue Maestre de Calatrava, y en quinto a Don Pedro..., y en honrando a sus hijos con esta divisa esclarecida de la Virgen, le fue dando por su orden a muchos caballeros validos suyos
Tras ser nombrado rey, Fernando I de Aragón, después de la batalla y la conquista de la ciudad de Balaguer, honra a los caballeros de mayor valentía en la batalla (alrededor de ochenta) con el escudo de la orden, que esta vez estaba formado por la Jarra de Azucenas en grifo".

Evidentemente esta jarra es la clara evocación del consabido grial, buscado de forma vehemente y queriendo ser poseedor de tamaña reliquia Europa entera.