domingo, 23 de octubre de 2011

Otoño, erizos y una gatita.








...en muchas ocasiones tenemos tan cerca las cosas y las personas que, pensando que no es posible que la belleza la tengamos tan a mano, nos aventuramos en largos viajes. Pero estos largos viajes son los que nos hacen disfrutar, luego, de estas cercanías que nos suponen como nuevos, emocionantes y sorprendentes descubrimientos.
Viajar, viajar...





1 comentario:

  1. Hola, tienes razón, no hace falta viajar lejos para realizar a veces grandes descubrimientos, la belleza de las cosas, de los seres, normalmente radica en la proximidad de como en este caso fotografiarlas e inmortalizarlas.
    Siempre asociamos viajes con paraísos y gentes por descubrir, olvidamos que junto a nosotros hay rincones, plazas, callejuelas, pequeños bosquecillos o alguna montaña que casi no merece el nombre, pues se queda en montículo, saber apreciarlas y encontrar su sentido oculto es labor nuestra.
    Con tu permiso te he robado alguna de las fotos puesto que tienen realmente bellos rincones otoñales, y de Sarah Brightman no puedo más que añadir elogios a su voz y a sus puestas en escena, ya la descubrí cuando actuaba en los escenarios británicos en la obra "La Bella y la Bestia", junto a su entonces marido Andrew Lloyd Webber, como ya sabes gran productor de obras musicales y teatrales.Lo que no comparto mucho es el gusto por el canto Gregoriano, lo tengo como asignatura este año, no se sí según su evolución me llegará a gustar, pero de momento en sus inicios, desde luego no es de mi agrado, aunque con ello no le quito ninguno de sus méritos en cuanto a la parte histórico- evolutiva de nuestra música. Aunque las versiones modernizadas como la que nos ocupa suenan a la perfección en cualquier oído.
    Recibe mi más cordial enhorabuena por haber sabido captar bellos rincones ocultos tan cerca de ti.
    Hasta pronto.

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