martes, 6 de diciembre de 2011

Sigue el coloquio sobre mi columna


Buen y agradable dia tenga usted,Señor.Yo no diría que las columnas tengan en sentido estricto un rasgo negativo.Estas ,también me recuerdan al Totem protector,el árbol de la vida o el de la sabiduria,seguro que hay mas.EEn caso de insaciable curiosidad, quizá podrias mirar la columna y su simbología.
Ser hiperactivo, no tiene porque significar caos y desorden, aunque este sea ,ya sabes, para muchos el origen primigenio del universo. Transformate en un dios y haz tu mundo a tu imagen y semejanza.....
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Como muy bien dices, transformarse en un dios o endiosarse, es característica esencial e intrínseca de seres dominantes y perceptores de señales distintas y especiales de las mismas cosas en diferentes momentos del tiempo, pero incapaces de transmitir esas ideas debido a conflictos de índole interno que provocan que esas ideas no tengan un efecto a nivel masivo, sino muy minoritario e introvertido.
Son dioses de tendencia erémitica, anacoretas esporádicos en su deseo, pero incapaces de permanecer en el anonimato puesto que su nivel de protagonismo es enorme. Es decir; que existe incongruencia, debate, duda y lucha entre los deseos anhelados y las tendencias idealizadas.
Por eso, la columna, pese a lo que te indiqué anteriormente, no representa lugar de sufrimiento, padecimiento y tortura de forma generalizada y única. En realidad, la visión de esta me produce un efecto de escisión y elusión de todo el entorno en donde se encuentre, haciéndola protagonista sin más. Es como la representación material de un eje místico que une dos mundos o también que lleva de uno al otro, puesto que la columna siempre se apoya sobre un suelo, bajo el que se albergan conocimientos de los más recónditos subconscientes humanos de los que emergen los espíritus idealizados de una perfección no muy claramente deseada.
Hablamos de la columna aislada y solitaria, no de las emparejadas, que es otra historia bien diferente.
Así pues, la columna, por sí sola, es un elemento que representa de forma alegórica, la existencia del mundo desde sus orígenes hasta su final con todas las vivencias y consecuencias finales humanas con arreglo a la conveniencia forjada por los protagonistas de una historia que jamás pidieron que existiera.
Pero ya sabes lo que pienso: “no le busques al gato más pies de los que tiene”. Seguramente en uno de los que estás viendo, se encuentra la clave.

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