lunes, 2 de mayo de 2011

Los milagros de san Vicente Ferrer



Buscaba en un libro, al que tengo mucho afecto, ciertas vicisitudes históricas sucedidas en la ciudad de Toledo y  protagonizadas por  san Vicente Ferrer , el de los “ mil milagros “, cuando en el transcurso de la lectura me veo sumergido en la capilla de Santiago dentro de la catedral. Allí se encuentran los extraordinarios sepulcros de D. Alvaro de Luna y de su esposa Dña. Juana de Pimentel.
El asunto es que, el conde compró el espacio de la capilla para establecer allí su tumba, muriendo antes de ser acabado el lujoso sarcófago cubierto por la esplendorosa estatua yacente que vemos hoy en dia , sustituyendola una especie de robot mecánico que, manipulado al parecer por unas cadenas, seguía los movimientos rituales de la santa misa.
Ya reinando Isabel la Católica seguía funcionando, pero debido a los chirridos que emitía, esta ordenó que lo eliminaran. No debió ser esta la causa de su retiro a mi modo de ver, si no que dado el carácter en ciertas actitudes aparentes de la vida de la sabia reina para guiar a su pueblo, se conoce que los feligreses miraban más al muñeco que al cura.
Por otra parte, dado las miles de misteriosas vicisitudes que conviven en la amplia historia de Toledo, esto del robot gótico y ya husmeando por internet, me lleva a conocer un extraordinario inventor y algo más, que vino a Toledo llamado por Carlos I para ocupar un puesto como relojero de su corte y que inventó de paso un artilugio para elevar agua en gran cantidad,  desde el Tajo hasta el alcazar y luego hasta el ayuntamiento. Nunca le pagaron, pero eso es ya otra historia.Juanelo o Giovanni Turriano, se llamaba.
En una de mis primeras visitas toledanas me vi en una calle con un curioso nombre que nunca había visto en otra ciudad: “ Calle del Hombre de Palo “. No me acordé de indagar sobre este tema entonces  y ahora me entero de que este mismo inventor, realizó un autómata que no está muy claro cual era su función y que debido al paso del tiempo que todo lo va transformando, hasta se le hace como recaudador de limosnas a lo largo de la calle que lleva su nombre. Eso sí. Era de palo.
De nuevo, Vicente Ferrer, si no ha hecho en mi un milagro, si me ha llevado a tener un poco más de conocimientos.


 

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