A veces, las miradas, atraviesan la materia y descubren mundos ocultos que, existen o existieron y hasta puede que estén por llegar. Son los momentos del éxtasis. Son los momentos de ver qué hay tras la imagen inmediata.
jueves, 15 de septiembre de 2011
Mujer ejemplar
Dominique Strauss-Kahn, este personaje que parece algo rijosillo el chico, tiene pendiente un tema con la justicia relacionado con una violación o acoso, en su propio pais: Francia.
Yo estoy seguro de que, con la chica del asunto americano, no hubo violación alguna, sino sexo consentido y remunerado, puesto que el libidinoso personaje no puede remediar el enardecimiento sublime e incontrolable de su tercera pierna y sobre todo en circunstancias un poco escabrosas, trabadas y arriesgadas.
Y no critico en absoluto de forma inquisitorial su conducta, pues sé que existen personas que en oliendo a carne femenina ( quizás tambien masculina ) y máxime si este olor no es disimulado con perfumes y afeites, y tiende este aroma a algo cercano con la lejania de fuentes y manatiales para sus períodicas abluciones, el instinto sexual pasa a un estado incontrolado.
Se les nota enseguida en sus facciones que se desorbitan desmesuradamente; los ojos se inyectan de sangre, la boca se ladea y hasta algunos hillos de baba de diferente color según lo bebido o comido, resbalan por la comisuras labiales.
Pero en este suceso hay algo que me hace sonreir de forma un poco lastimera. Y es ver a su mujercita pegada, cosida, aferrada a su brazo en un gesto muy claro de varias cosas al menos: Que perdona sabiendo que su marido le pone cuernos y ella traga porque es gilipollas y le ama hasta donde sea. Que es todavia más gilipollas porque piensa que todo es mentira. Que es una rdomada masoquista. O...quizás que le van las orgías triples o multiples.
No voy en contra de nada de esto, pues a unos les puede gustar y a otros no, pues si a todos nos gustara lo mismo, no habria emoción alguna en la vida.
Pero es que, al menos yo, no oigo nada respecto a la postura patética de esta dama colgada como fidelísima esposa al brazo de este - lo debe ser sin duda - inteligente personaje.
Esta idílica, pero distorsionada imagen, creo que minimiza la esencia del caracter de las mujeres y lo que parece es que da un evangelización del sumisionismo al macho.
Hay que aclarar que, desgraciadamente, hay ingente cantidad de mujeres inclinadas de forma inconsciente, a sabiendas o por ignorancia, a la sumisión. Lo que ocurre es que, estos hombres que someten, cuando están solos, cuando no hay mujer sumisa a su lado, no son nadie y su vida se convierte en una cueva oscura, sin salida y llena de sirvientas encadenadas a las que no pueden dar alcance.
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